lunes, 25 de enero de 2010

Las tres edades: Marcelino, Eloy y yo







Nadie puede dar fe de un numero cercano de las sorpresas que puede traer el río, o a sus orillas o en sus orillas o debajo de el. Parece ser que el río mismo cobra vida, volviéndose una enciclopedia de descubrimientos y peculiaridades que cuando uno entra en contacto con ellas, aprende a amar la vida, al suelo donde te encuentras o al que por incidencias estás conociendo.

Odio los mosquitos, amo la selva. Soy alérgica al calor, pero estoy aquí viviendo quince largos años. No tengo un gran concepto de una selva llena de night clubs de luces de neón todo el tiempo ni el sinónimo de que solamente Iquitos es diversión. La selva te prepara para el lado mas humano de la vida, las experiencias y la cercanía con la pobreza son aquellas variables que pueden cambiarte la vida si tu tan solo cruzas la orilla pactada. No estamos muy lejos, solo a la vuelta de la esquina.

1920. charleston, charlie chaplin, Buster keaton y al otro lado del mundo Marcelino Aquituari, Cocama de nacimiento y empíricamente chacarero y cazador. Está persiguiendo un añuje con un par de perros que siempre lo acompañan, ha corrido tanto que empieza a cansarse, pero es la comida del día así que tiene que seguir. El añuje ha llegado a una quebrada, pero cerca a unos Irapayales (árboles que sirven para hacer techos, y cuyo terreno es limpio) observa un árbol gigante de lupuna y tiene la idea de construir una comunidad ahí. Esta sorprendido de haber encontrado un árbol tan grande, son casi 30 metros de alto y 3 de ancho, y a la mano derecha llega mucho más rápido al río. Unos días después ha llevado a su familia. Oh árbol bendecido, aquí te quedas en mi chacra: Lupuna.

1971, Bee gees, Flor del Oriente, Petroperú y Eloy. Un joven, que apesar de ser algo miedoso a la selva, vive en ella, y ha trasladado su familia a una lupuna de casi 50 familias ahora, herencia de Marcelino. Dudo mucho de que le haya conocido, pero lo que sé es que se esforzo mucho durante veinte años para que Marcelino tenga un rostro en la plazuela de la ciudad, un puente que pase la quebrada en donde se perdió el añuje (aunque el árbol ha sido cortado), veredas peatonales, hasta Direct TV. Eloy es el único que sabe donde exactamente queda el único árbol sobreviviente de Lupuna. Aquel tiene las mismas dimensiones que la que encontró Marcelino en los años veinte, tiene unas inmensas raíces que tocan su propia música con el sonido del viento, dicen que hay un enanito que le cuida y pocas personas le han visto. Eloy sigue viviendo ahí durante este tiempo y hace lo mejor para que la herencia de Marcelino siga intacta y éste no sea olvidado. Eloy no es familia de Marcelino.

2010, Lady gaga, Petroaudios, Jaime Bayly y yo. En mi vida tuve poco que ver con la selva adentro, soy mas miedosa a las serpientes y al hecho de estar en la selva que otro ser humano que por incidencias vive aquí. Tengo miedo de cada uno de los viajes que he hecho, sin embargo allá siempre voy. Tengo una cultura al otro lado de mi casa, esperándome para descubrirla. Para conocer la vida misma en su esencia de sobrevivir. No la he perdido totalmente, me he sumergido a vencer mis miedos, cruzar el rió y existir. Me llega al bledo las picaduras de los monstruosos zancudos cinco veces mas grandes de los que acostumbro ver, tengo miedo a las serpientes aún pero Gracias a Dios ninguna vino a mi paso.Fui valiente y cruce el río, en un bote sin techo durante una hora pagando dos soles. He conocido a Eloy, a la historia de Marcelino, una mañana de un sábado de enero. Me he enamorado de las historias de selva adentro y he abrazado el ideal de ir algún día de nuevo para ver el árbol, pero ojala no me encuentre con el enano misterioso que dicen que cuida el árbol. Quiero oír la música del viento con los palos, quiero saborearme un rico plátano asado mirándolo.

son tres edades que simplemente resumen lo mismo: Pasión por la vida, pasión por existir.

2 comentarios:

  1. Buen mensaje, me encanto. Yo existo por que de mi depende que mi selva querida salga de la ignorancia, acompañado de mi gente a la que tanto amo y aprecio.

    Viva la selva carajo! Futuro paraíso único sobre la tierra.

    Carlos Cook
    http://cacookmorris.blogspot.com

    ResponderEliminar
  2. 3 generaciones, muchas cosas cambian, pero la selva sigue allí, esneñando junto al último árbol.

    Con tu relato sentí hasta las picaduras de los mosquitos.

    Besos.

    ResponderEliminar